Kevin Mancojo

Diario de a bordo


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Ir solo al cine

Ayer fui al cine solo. Sí, habéis leído bien, solo, sin nadie que me acompañara. Y sigo vivo, ¿eh? Por ahora estoy vivito y coleando.

El hecho de que algunos tengan que estudiar, otros prefieran ahorrar, otros trabajen o cualquier situación que les impida ir a ver alguna película, hace difícil que vuelvan esas tardes de cine con un grupo de amigos bastante grande. Es una pena, pero es así y es normal… ya hablé de los años y de estas cosas. Sucede siempre, ley de vida.

Pero no soy una persona que se priva de sus aficiones porque otros no puedan. Muchos tienen miedo a hacer diferentes actividades de manera solitaria, en cambio, yo no. ¡Oh, sí! Soy todo un valeroso caballero que se dirige a la batalla solo. Vale… no (perdón por el lapsus).

Volviendo al tema, no es la primera vez que hago algo así y sinceramente lo repetiría tantas veces como hiciera falta. Por supuesto que uno no puede reírse de las chorradas de los demás yendo solo (de ser así, que se lo haga mirar…). Sin embargo, sirve también como una alternativa de desconexión. Desde que he descubierto esto, me he dado cuenta que es otra forma de relajarse, de desconectar de los problemas. No siempre se tiene que depender de los amigos para despejar la mente de los problemas, a veces solo hay que hacer lo que a uno le plazca, aunque sea solo.

Me hace gracia como la sociedad ha encasillado prácticamente todo de tal manera que no se pueda hacer nada individualmente. Cuando les dije a algunas personas que iba a ir al cine, me preguntaron con quién. Algunos hasta se sorprenden cuando les respondo. Aquellos que ya me conocen más saben que la soledad no me detiene, me hice amigo de ella hace ya tiempo y la aprovecho todo lo que puedo cuando me hace compañía.

Hay una frase que llevo escuchando más a menudo desde hace un año: «nadie es imprescindible». Yo seguiré haciendo lo que me apetezca, cuando me apetezca y si lo tengo que hacer solo porque mis amigos no pueden, pues oye, ahí está la Soledad esperándome para estar a mi lado.

Os aseguro que la sensación no es mala cuando uno hace este tipo de cosas, más bien todo lo contrario. El miedo os lo imponéis vosotros como siempre digo y como siempre diré. Tened un poco de valor para probar actividades nuevas, nunca sabréis qué tal os sienta si ni siquiera lo intentáis.

Los que hayáis tenido experiencias parecidas o hayáis hecho algo solos lo podéis compartir con vuestro comentario. Tal vez si compartimos relatos otros se decidan por lanzarse a la aventura.