Kevin Mancojo

Diario de a bordo


Deja un comentario

2020

Sé que aún no hemos acabado el año, pero septiembre es un mes en el que comienzan nuevas etapas y nuevos proyectos. Y yo he decidido que esta vez me voy a dedicar tiempo a mí mismo.

Llevo ya unos 2 o 3 años donde todo lo que hago, en cierto modo, se proyecta hacia fuera. Me explico: comencé a meterme en proyectos y a colaborar con personas ayudando a llegar a sus objetivos y a cumplir sus metas. Y no sabéis la cantidad de cosas que he aprendido en todo ese tiempo. Siempre me ha gustado ayudar y siempre lo haré, pero no esperaba sacar tanto aprendizaje durante el proceso de todas las ideas y propósitos que tenía la gente.

He tratado con la inclusión en los recreos de algunos colegios gracias al proyecto PIAR (Proyecto de Inclusión en el Área de Recreo) de la Fundación de RafaPuede. Era increíble ver como los niños al final se ayudaban entre ellos para jugar. He normalizado la diversidad funcional con Capacesde; no por tener una discapacidad eres un bicho raro, ni eres un héroe, simplemente eres una persona que hace las cosas de una manera diferente. Descubrí un mundo nuevo cuando me metí en el proyecto “La educación global empieza en tu pueblo”. Apenas sabía sobre los objetivos de desarrollo sostenible que buscan equilibrar la balanza en la sociedad y mantener vivo el planeta. Ni siquiera sabía que el mundo se estuviera muriendo a esta velocidad. A través del proyecto MACHO aprendí que la música, un lenguaje universal donde todos se podían entender por igual, se convertía en un bonito refugio para algunas personas. Gracias a mi profesora de teatro pude hacer reír a niños con el teatro infantil. Además aprendí a improvisar bastante, con los pequeños nunca sabes lo que te puedes encontrar así que…

Y así podría tirarme un rato más, mostrando todo en lo que he formado parte y todo lo que he aprendido estos años. Y no me arrepiento de nada, incluso volvería a repetirlo sin dudarlo.

Sin embargo, comencé a construir mi camino más o menos en el 2014. Empecé con las charlas de motivación, nació este blog, acabé abriendo mi canal de Youtube, me tomé en serio la fotografía…

Todo esto, y alguna que otra cosa más, era mío. Lo que proyectaba por aquel entonces era todo para mí, era una proyección hacia dentro, hacia mi crecimiento y descubrimiento personal.

Aunque todo lo que he mencionado sobre mi comienzo iba dirigido hacia un público (que con el tiempo ha crecido muchísimo y le doy las gracias), realmente estaba encontrándome a mí mismo. Por aquel entonces necesitaba saber cuáles eran mis pasiones, a qué le dedicaría tiempo de verdad, qué inquietudes tenía, qué quería hacer con mi vida…

Pude responder todas aquellas preguntas a lo largo de los meses, pero poco después me vi envuelto en un proyecto detrás de otro sin ni siquiera darme cuenta. Una cosa llevó a la otra y… Bromas aparte, una vez que me vi metido en este mundo, me vinieron más propuestas que casi nunca rechazaba. Supongo que en cierto modo, aún seguía descubriéndome a mí mismo y, participando en todas estas ideas, podía saber qué era lo que me mantenía vivo.

En cambio este año… He decidido parar en seco. Necesito volver a donde comenzó todo, a mis pasiones, a donde yo pueda decidir qué, cuándo y dónde. Quiero volver a dirigir mi vida sin estar comprometido con los demás. Más bien quiero un compromiso conmigo mismo.

Me apetece volver a tragarme tutoriales en Youtube para saber cómo mejorar a la hora de editar vídeos, descubrir fotos en Instagram que se conviertan en ilusión para coger mi cámara y tirarme horas apretando el disparador, aprovechar los momentos de lucidez para escribir y plasmarlo aquí, poder decir que sí a las charlas motivacionales que me propongan. Simplemente quiero mejorar en aquello que sé que se me da bien.

Tengo varias ideas y proyectos que no he podido sacar de mi cabeza porque no me daba la vida para ello y, ahora que he parado el tren en el que me subí, aprovecharé el tiempo.

Espero explotar todo lo posible mis capacidades y seguir encontrando cosas nuevas que me hagan sentir vivo. Y me encantaría seguir emocionando a la gente haciendo lo que me gusta. Así que, 2020, agárrate que Kevin Mancojo va a llegar con fuerza.

#NuncaDejéisDeSonreír


Deja un comentario

Mi mayor reto, por ahora

Una vez más estoy intentando darle vida y prioridad al blog. Y sin duda alguna me encanta escribir, pero hay que dedicarle tiempo y, sobre todo, estar inspirado. O tal vez solo necesites encontrar una historia que contar. No estoy muy seguro.

Pero en este caso os contaré algo que ocurrió el 22 de septiembre de 2018. Una fecha que se ha convertido en otro posible punto de inflexión en mi vida, y os aseguro que de esos solo he tenido uno en mi vida y fue en 2013.

En esa fecha, que caía en un precioso y soleado sábado, hice unos 5 km a nado en el Mar Menor. A ver… será mejor que os cuente desde el principio…

20180828 Entrenamiento 2

Para los que no lo sepáis, llevo nadando desde los 14 años. Tuve la suerte de que un profesor me cogió para entrenarme y aquello comenzó a convertirse en mi hobbie. Iba a entrenar dos veces a la semana durante una hora, pero ¡menudos 60 minutos más intensos!

Aun así siempre encontraba mi momento de creación. Es más, me inspiraba un montón mientras nadaba, era mi medio para imaginar cosas nuevas. Y en una de esas horas de entrenamiento… al señorito Mancojo no se le ocurrió otra locura que la de cruzar el Mar Menor a nado. Para entonces solo era una idea muy lejana y difusa. Era algo que no tenía claro, incluso mi intuición me decía que ese año no era el más adecuado para llevarlo a cabo. Por lo tanto, aquel reto terminó en el cementerio de las ideas.

Sin embargo, el 14 de diciembre del 2017 me dieron el premio al joven del año de la región de Murcia. Eso, unido a todo el impacto que he estado teniendo desde entonces sobre la gente, me hizo retomar aquella idea que tuve por aquel entonces. A parte de superarme a mí mismo, pretendo ayudar a los demás. Y admitámoslo, tras el premio, más gente comenzó a saber de mí. Además, ahora sí tenía los medios suficientes como para mover el tinglado y llevar a cabo la travesía (no os podéis ni imaginar la de personas que respaldaban este reto, les debo una muy grande a muchas personas, sobre todo a mi entrenador por el tiempo que me dedicó).

Me tiré todo el año nadando de manera suave, con calma, en la piscina. Hasta que llegó julio, ahí comenzó lo duro. En ese mes comencé a ir con mi entrenador a nadar a una de las zonas bañistas que tenemos por aquí. Íbamos temprano, sobre las 9 de la mañana y nos tirábamos unas dos horas nadando, tres veces por semana. Vamos, que nadie me quitaba unas 6 horas de entrenamiento.

Al principio todo era bonito, peces nadando por debajo de ti, cangrejos, caballitos de mar, medusas, el paisaje, el mar en calma… Se convirtió en una experiencia que nunca tuve y cuando algo es nuevo para mí, me siento fascinado como si fuera un niño pequeño al que le roban la nariz. Pero no todo es bueno. Por mucho que yo os muestre la parte bonita de las cosas, de la vida, también hay partes oscuras que me hunden y que debo superar como todo el mundo.

Nadar es uno de los deportes más aburridos y solitarios que puede haber. Quieras o no, al final la batalla se disputa entre el agua y tú, nadie más. Y a principios de agosto yo perdí aquella lucha. Esa monotonía y repetitividad de nadar y nadar y nadar… al final me consumió. Ni los diferentes entrenamientos que estuvimos llevando a cabo pudieron avivar la llama. Al fin y al cabo mi guerra era interna.

A nivel físico estaba más que preparado, pero a nivel mental… Llevaba muchísimo tiempo sin encontrarme en una situación como aquella. No saber cómo gestionarlo transformó algo bonito en angustia. El reto se convirtió en un compromiso y no en un objetivo a cumplir. Mi entrenador se comprometió y yo le di bombo a la idea entre la gente del pueblo. Aquello ya no tenía marcha atrás, tenía que hacerlo sí o sí, aunque me desesperara nadando sin ganas. Que rápido pueden tornarse los sueños en eternas pesadillas…

Y llegó el día en el que escribí el proyecto para presentarlo a protección civil para solicitar permisos y embarcaciones para apoyarme durante la travesía.

Punto por punto fui escribiendo los diferentes objetivos que había detrás de todo este reto. El más evidente: superarme a mí mismo. Pero a parte de todos los que podía haber a nivel personal como la autodisciplina y la constancia, también pensé en el impacto social que tendría. El hecho de pensar que mi locura podría animar y motivar a otras personas a cumplir sus sueños, o demostrarles que la discapacidad no era un impedimento, me devolvió las ganas de querer llevarlo a cabo. En realidad, cada objetivo que apunté se convirtió en la leña que necesitaba para que la llama volviera a arder, igual que el día en que tomé la decisión de llevar a cabo mi reto.

Ahora volvamos al principio, al punto en el que os dije que nadé unos 5 km: mi travesía comenzó en La Veneziola, La Manga. Y debía llegar al club de piragua de Santiago de la Ribera. Varias personas de protección civil iban conmigo, junto a jóvenes voluntarios que iban en piragua para guiarme. Además de algunos reporteros de la 7 Región de Murcia que vinieron a grabar mi salida.

mapa-poblaciones flecha

El comienzo fue extraño porque no sabía cómo se debía empezar algo así. Al final descubrí que solo era ponerme a nadar y seguir adelante.

A lo largo del camino debía parar cada hora más o menos para el avituallamiento (bebía algo de agua y me comía, o un plátano o una barrita de cereales). Y aunque al principio todo parecía aburrido y muy serio, poco a poco empecé a pasármelo mejor. El equipo que me acompañaba hacía que todo fuera más ameno. A veces me animaban mientras nadaba, otras estábamos de broma durante las paradas para comer y beber.

Y es que parecía que todo estaba hecho para mí; aquella mañana no hubo casi olas y las medusas (a las cuales les tengo asco) no se me cruzaron por delante en ningún momento.

Disfruté cada brazada que daba y analicé la idea de encontrarme en medio del agua. Ver a varios kilómetros el lugar de donde saliste y a otros tantos la meta, daba qué pensar. Y aun así mereció la pena nadar durante 4 horas y media para llegar a mi objetivo. Más aun cuando vi a unas 100 personas en la orilla recibiéndome, aplaudiéndome y gritando mi nombre.

mancojo-logra-cruzar-menor-6_g

Aunque nadie se diera cuenta, mi cuerpo era una maldita bomba emocional. Tantas cosas pasaban por mi cabeza, que en cualquier momento podía explotar de la emoción.

El cumplir mi reto no era, en cierto modo, relevante. Lo fue el que mi madre, mis amigos, las caras conocidas y no tan conocidas estuvieran allí. Llevarme besos, abrazos y fotos de cada uno de ellos tuvo muchísimo más peso que mi travesía. Que estuvieran allí significaba que creían en mí, que me apoyaban en mis locuras, que les había hecho creer en algo. Tal vez hasta les devolviera las ganas de comerse el mundo a algunas de las personas que estuvieron presentes.

La experiencia, como dije, se volvió clave en mi vida por todos los altibajos que hubo a nivel emocional y por demostrarme que nunca estaré solo. Descubrí que podía ser un faro para los demás, que en cualquier reto puede haber percances y que a veces solo hay que tener paciencia para que las cosas se puedan llevar a cabo.

Sin título6

Para los que os estéis preguntando si acabé agotado, la respuesta es no. Al menos no tanto como para volver a casa, ducharme e irme con mis amigos a comer y estar con ellos hasta media noche.

Y sí, sí volvería a repetir la travesía, no me lo pensaría dos veces. Aquella locura mereció la pena en todos los sentidos posibles.

Es curioso como una idea que nació hace unos 10 años se convirtió en mi mayor reto, por ahora.

#NuncaDejéisDeSonreír


Deja un comentario

Las segundas familias

El tema del que quería hablar hoy es algo de lo que me di cuenta hace un mes más o menos, cuando empecé a moverme mucho más por Twitter y Youtube.

He de admitir que también es algo que me ocurrió en la comunidad bloguera. En realidad es algo que ocurre en la vida en general según a lo que dediques tu tiempo o en lo que trabajes.

Será mejor que no me enrolle más y os cuente:

Desde que empecé con el blog y con Youtube he llegado a conocer a muchísimas personas de todos los colores, lugares, edades y sexos, con diferentes opiniones, ideales y pensamientos.

Con el tema del blog comencé a leer otros blogueros muy interesantes que escribían lo que les apetecía. Me moví por este terreno y disfruté muchísimo hasta integrarme en la comunidad y ser uno más. Gracias, eso lo primero y lo segundo es que al final, más que una comunidad, se forma una familia que te motiva cada día a seguir. Y a pesar de no poder pasarme casi nunca a leeros por las diferentes cosas que hago, sé que vosotros en cuanto sacáis un ratito sí os pasáis por aquí (de nuevo, gracias).

http://www.eskola20.euskadi.eus/image/journal/article?img_id=1447356&t=1322346061676

Algo parecido me ha pasado con Youtube. Al igual que conocí a muchos de los blogueros por haberme integrado, en Twitter he empezado a seguir diferentes youtubers y entre unas cosas y otras hablamos a menudo los unos con los otros y nos lo pasamos bien comentando tonterías y ayudándonos mutuamente.

Creo que hemos terminado formando una piña muy divertida con unas idas de olla con las que uno termina riéndose. Supongo que es el objetivo que tenemos, sacar sonrisas porque las lágrimas abundan demasiado.

Cuando alguno hace un directo, los demás están ahí viéndolo y comentando, a veces hasta formamos parte de él (como fue mi caso hace unas semanas). Si uno sube un vídeo, los demás lo suelen compartir y dejar algún comentario. Si tenemos algún problema, tratamos de ayudar. Hasta hay intenciones de hacer colaboraciones de unos con otros, pero la distancia tiene su aquel. Y todas estas situaciones son algunas de las muchas que puede haber.

Yo me siento muy orgulloso de haberlos conocido. Hice bien en moverme por este terreno porque ahora disfruto mucho más haciendo vídeos sabiendo que ellos se pasan de vez en cuando a verlos y todas esas cosas que ya mencioné.

Es otra familia más a la que me he integrado y de la que me enorgullezco muchísimo. Y como dije, nos ayudamos mucho así que os recomiendo que os paséis por sus canales aunque sea para echarles un rápido vistazo (sé que el tiempo no abunda, pero bueno).

La red de Mario: https://www.youtube.com/channel/UChFm1c5n1zlqK4-EitRPPRQ

LacerVlogs: https://www.youtube.com/channel/UCfAo8Zx2D8bUQ8UOkjEHKig

Maria ComoLasGalletas: https://www.youtube.com/channel/UCfbO6xKFLp9nilOm_kyC2RQ

Mateo Bac: https://www.youtube.com/channel/UCJiX2YuBddznhEkLqqatW_A

Super Jellyfish: https://www.youtube.com/channel/UCgiuLhFr9MOh6sQer1EegUA

Cris Valderas: https://www.youtube.com/channel/UC4LXwQGTpuLTzlT_ZW5KPrg

Aircrum: https://www.youtube.com/channel/UCSKdMLjKgqQQ7EzzFJtPViA

Lo siento por los que me falten, hay tantos…

Sea como sea, ya me he quedado a gusto, me apetecía escribir sobre las segundas familias que surgen en esta vida.

https://i0.wp.com/www.arkadian.vg/wp-content/uploads/2015/03/youtube-live-streaming.png


Deja un comentario

Fundación RafaPuede

Tengo pendiente varias entradas, así que hoy vamos a ver si nos ponemos con una de ellas.

Supongo que recordáis el viaje a Madrid que hice a finales de septiembre, principios de octubre. Imagino que también os acordáis de esa entrada en la que os suelto de una manera sutil que el viaje estaba pagado por la fundación de RafaPuede («Semana y media en Madrid»), bien, pues hoy toca hablar de esa fundación.

El fundador, Rafa, es un padre cuyo hijo tiene síndrome de Moebius, una enfermedad en la que dos importantes nervios craneales no están totalmente desarrollados, lo que provoca parálisis facial y falta de movimiento en los ojos. Además en su caso hubo otras complicaciones además de las ya mencionadas.

Y últimamente muchos padres con hijos discapacitados se han puesto en movimiento para que el día de mañana ellos puedan ser totalmente independientes, creando asociaciones, fundaciones, organizaciones y todo tipo de cosas para avanzar en la tecnología y buscar facilidades. Rafa no fue diferente, quería y quiere ayudar tanto a su hijo como a los de muchos otros investigando y trasteando todas esas cosas que, pueden parecer futuristas, pero que realmente están al alcance de muchos. Hablo de impresoras 3D y otros objetos como un brazalete que reconoce los movimientos musculares que según como esté programado hará una cosa u otra (yo ya lo probé y mola mucho).

La fundación es recién, no llega al año, pero ya tiene voluntarios de todo tipo y se han impartido talleres muy divertidos e interesantes para los niños (con y sin discapacidad, una bonita y curiosa mezcla). Yo he estado en algunos y la verdad es que uno disfruta viendo como los chiquillos esperan frente a la impresora 3D hasta que se hace su llavero.

Además queremos ver si damos el siguiente paso y hacemos algo verdaderamente serio, una mano o un brazo (ya iremos viendo). Encima a mí me toca recopilar toda la información de lo que hice en el taller de Madrid y ver si hacemos un bipedestador. Por mi parte sería un lujazo y un orgullo poder replicar lo que hicimos en la capital, significaría muchas cosas para mí.

A Rafa lo conocí cuando di mis primeros pasos en mi nueva etapa de la vida. Fue una de las primeras personas que se cruzó en mi camino después de una mala época y a partir de ahí todo fue cuesta arriba y mejorando. Gracias a él conocí a otra persona con la que todavía tengo algo pendiente, por él muchos otros han oído hablar de mí y por él y por la fundación pude ir a Madrid, conocer gente y vivir una experiencia alucinante que encima me hizo sentir muy orgulloso de poder hacer algo que iba a ayudar a una persona con discapacidad.

Me toca a mí servir de ayuda para Rafa y mostraros algo que para mí, actualmente, es muy importante: Fundación RafaPuede

https://i0.wp.com/ysm.rafapuede.es/wp-content/uploads/2015/09/SuperLogo.png


2 comentarios

Vídeo: «Torneo voley playa Mil Palmeras 2015»

Este vídeo tiene ya unas semanitas, pero no quiero cansaros subiendo tantos, hay épocas en las que subo uno detrás de otro y el blog está para más cosas.

Aquel día había un torneo de voleybol y a mí me invitaron. Aproveché la oportunidad, sobre todo porque quise cambiar el estilo; traté de tener visión espacial, preveer algunos planos (el principio y el final del vídeo) y otros detalles que no había hecho con anterioridad.

Para mí es uno de mis favoritos. Supongo que el haber descubierto a otros youtubers con muchos años de experiencia (Caisey Neistat sobre todo, un youtuber americano que hace vlogs diarios) me ha servido para este, motivo por el cual quise experimentar un poquito y modificar ideas.

Ahora que he adquirido otro estilo trataré de usarlo, pero tampoco quiero perder el anterior por lo que posiblemente termine por mezclar o en algunas ocasiones me centraré en uno u en otro, según interese o apetezca.

En lo que al tema del vídeo respecta, aunque no os guste el voleybol posiblemente os entretenga y tal vez hasta os sepa a poco. Fuimos muy temprano por lo que pudimos ver salir el sol detrás del mar, algo de lo que me enamoré. Mis amigos tuvieron que montar las redes y yo acabé metiéndome al mar, grabé partidos con unas buenas jugadas y otros… bueno, al menos se lo pasaron bien. Tranquilos, las tonterías tampoco faltan, sobre todo las de fastidiar a un amigo mientras duerme (que mala gente somos).

Creo que ya es hora de dejaros ver el vídeo. Si podéis dejar en los comentarios si os gusta el estilo o no, o si preferís otra cosa o lo que sea, os lo agradecería muchísimo. Ya me diréis:


12 comentarios

Mi logo

Hace tiempo que un amigo mío y yo nos pusimos a hablar sobre el tema de la portada para el canal de Youtube (mis dibujos no están mal, pero hay imágenes mejores), él se dedica a hacer este tipo de cosas y se ofreció para ayudarme con ello.

Y hace poco me vino la inspiración para una especie de logo y rápidamente le hice un boceto. Hoy me ha mandado una foto que me ha encantado. Hemos ido retocando cosas, metiendo ideas nuevas y al final ha quedado como más me ha gustado. Pero a pesar de todo, suelo preguntar por la opinión de los demás y algo que me gustaría que hicieráis es dejar en los comentarios lo primero que os sugiere el logo, y si es posible, en una sola palabra.

LogoKevinMancojo_SinFondo

Quería que la imagen recogiera cosas de mí y creo que es justo lo que hemos logrado al final: la sonrisa, que es algo que me caracteriza, el tema de las manos por lo de manco, pero que a su vez hacen el gesto de que todo va bien (algo muy importante) y el avión, que se debe a mis ganas de viajar y de conseguirlo de vez en cuando.

La verdad es que desde el primero que me hizo ya me sentí muy satisfecho, imagino que es porque esto se convierte en algo tuyo, en algo que te indentifica y yo nunca tuve algo como esto. Es mi primer logo y si todo sale bien, tendremos otro reservado para otras cosas.

Espero que os guste porque, sinceramente, la imaginación de mi amigo me ha sorprendido muchísimo cuando he visto esto con cuatro cositas de nada y que en realidad son muy importantes. ¡Mil gracias por hacerme esta chulada de logo!

Y ya sabéis… Nunca dejéis de sonreír.


5 comentarios

Vídeo informativo

Sé que generalmente no nos pasamos por todos los post que escribimos, ya sea por tiempo o porque no atrae el título, así que para aquellos que no puedan leerse todas las entradas que publico, o para los que no les apetece leerse todo, os dejo un resumen que he hecho hoy con un vídeo (como siempre, hay chorradas de por medio).


15 comentarios

Las cartas de la sonrisa

Tengo más noticias, pero no es sobre el tema de la televisión. Es una pequeña idea que derivé de una idea que me contó una amiga que vio hace tiempo (suena lioso, pero da igual, lo importante viene ahora).

Cuando se me ocurrió quería que fuera a lo grande, es decir, nada de por mi pueblo y ya. No, yo no quiero eso, el objetivo de la idea es muy positivo y creo que puede sacar sonrisas como para que sea algo aislado. Así que, todos los que me lean, que sé que no sois pocos, me gustaría que buscarais la forma de llevar a cabo el plan (me falta la risa malvada y ya sonaría a malo de película).

Yo hablé con el chico de la biblioteca y hoy hablé con la mujer del «Banco del tiempo» porque sé que les gustan estas cosas y podrían ayudarme con ello. Hemos quedado en planearlo y empezar a organizarlo a lo largo de mayo para que en junio se inicie todo el proyecto. Intentaremos que los bares y las tiendas del pueblo nos ayuden para que todo sea más fácil. Además quiero ver si puedo incluir algunos institutos en esto.

La idea es sencilla, no tiene misterio: en unos sobres en los que ponga: «¿Has sonreído hoy?» se meterán cartulinas pequeñas y en ellas se escribirán frases motivadoras y positivas. El sobre se dejará en algún lugar público y aquel que lo encuentre y le llame la atención, leerá la tarjetita que hay dentro y así posiblemente le hayamos alegrado el día.

Habrá muy pocas normas y encima opcionales, me explico: detrás del sobre o en una de las cartulinas se escribirá algo como: «Si quieres puedes escribir otra frase que te haya motivado o que te haya hecho sonreír. Y puedes dejar el sobre en el mismo sitio en el que lo encontraste o en otro lugar público.»

Es algo simple que podría alegrar a alguien mientras desayuna en su bar favorito o tal vez le saque una sonrisa a alguien que va hacia el trabajo.

Como os digo, me gustaría que todos los que me leáis formarais parte de esto e iniciar el proyecto de manera más global. Incluso para los que estáis al otro lado del charco (no me olvido de vosotros).

Y este es el proyecto, «Las cartas de la sonrisa». Espero que os guste y si tenéis alguna pega o alguna idea, serán bienvenidas.

Ya sabéis… Nunca dejéis de sonreír.


8 comentarios

¡Entrada nº 100!

¡Hoy toca sorpresa! Para empezar quiero deciros que la mala suerte no se ha ido del todo; se me fastidió el ordenador el viernes. Pero parece que fue con toda la intención, pues el domingo vino mi amiga y grabamos vídeos. Si hubiera estado todo en orden, hubiera escrito algo normalito para la entrada número 100. ¡Sí! ¡Ya he llegado a la centena! Y por llegar tan lejos me apetecía hacer algo un poquito diferente; conseguir que el lector se emocione leyendo tiene mérito, pero yo quise llegar un poco más allá.

Hace tiempo descubrí un texto alucinante «¿Me perdonas?» de Floricienta (os recomiendo pasar por su blog). Decidí leer, o mejor dicho, interpretar esa entrada suya. Quise darle vida a cada una de las palabras y lo grabé. Lo repetí una y otra vez hasta que me quedé satisfecho (pude haber dado más de mí, pero no sabéis lo que costó llegar a donde llegué). El audio lo guardé en el Whatsapp y como a veces (solo a veces) soy precavido, me lo automandé a mi correo y menos mal, sino ahora estaría perdido.

Tuve la idea de contactar con la autora del texto y busqué el modo de hacerlo. Ella se dispuso a facilitarme lo que necesitaba y terminamos hablando. Llegamos a una misma idea: hacer un vídeo para poder publicarlo en nuestros blogs. Se me ocurrió que para mí podía ser un especial 100 entradas y esa es mi intención; mezclar algo tan emotivo como lo que escribió Floricienta con la vida que pueden cobrar algunos textos si se leen con sentimiento.

Ayer me tiré hasta las 2 de la madrugada editando y no, no penséis que lo pasé mal. Disfruté quedándome hasta tarde para algo así. Al final de la entrada dejaré el vídeo, no os preocupéis.

Algo que también quería hacer es daros las gracias por estar al otro lado leyendo mis chorradas, mis reflexiones, mis memorias y demás. Por compartir algunas de mis publicaciones, por vuestros comentarios y por todo en general. Ya os lo he dicho en otras ocasiones, esto no funciona si yo no veo respuestas y por ahora las hay y cada vez más. Gracias.

¡A por muchas otras entradas más! ¡Ah! Y ya sabéis, nunca dejéis de sonreír… 😉


4 comentarios

Cuadernos

Cuadernos, cuadernos y más cuadernos, llevo una temporada de necesitar cuadernos para todo. No es porque las cosas se me olviden, que también, es para tenerlo todo plasmado en algún sitio. Las ideas, las necesidades, las citas, etc, pueden marcharse tan pronto como han aparecido y por eso decidí emplear libretas para todo aquello que, tarde o temprano, se me escaparía de mi memoria.

Tengo una gran variedad: desde el que se ha convertido en mi diario de las cosas positivas, como el de las ideas que se me ocurren para mis críos de 1ºG o incluso para otras posibles charlas. Hay un cuadernito pequeñito que uso para el blog, escribo en él cosas sobre las que puedo escribir, aunque más tarde se convirtió en la libreta de los proyectos. Decidí que fuera pequeña porque de esa forma podía llevármela a cualquier lado sin que ocupara apenas espacio.

Otro cuaderno, que en realidad antes era un diario (con antes me refiero a cuando todavía estaba en el cole…). En esta anoto los libros que quiero leer, me di cuenta que la lista se hacía larga como para recordarlos y los apunté. Y ahora ha llegado la libreta de Youtube. Claro, ¿cómo si no voy a hacer vlogs? Tendré que escribir las diferentes locuras que se me vayan ocurriendo. La he estrenado hoy porque, de nuevo, se me estaban acumulando los pensamientos y no se me podían escapar, estas no…

Desde que empecé con este tema, me siento más a gusto. Yo nunca entendía a la gente que tenía libretas y apuntaba todo, yo en el instituto ni usaba agenda y aun así, en ocasiones me preguntaban a mí que había de deberes. Supongo que por aquella época mi memoria estaba en auge, ahora… bueno, uno se va haciendo viejo.

Pero es que además de que así no se te olvidan las cosas, otra buena razón de esto es el poder coger estos cuadernos el día de mañana y ver lo que ha llegado a pasar por tu vida y por tu mente a lo largo de tus años. Me entretiene, le he cogido el gusto a esto y creo que voy a seguir así. Y aunque pueda sonar absurdo, da satisfacción.

Creo que uno va buscando sus propias libretas según pasan los años…